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El 20 de mayo se celebra el Día Mundial de las Abejas con el objetivo de concientizar a la población sobre la importancia de las abejas para la agricultura, el medio ambiente, la biodiversidad, los medios de vida y el suministro de alimentos. Y al mismo tiempo, sobre la necesidad de proteger a estos polinizadores para la preservación de la agricultura y la biodiversidad producto de la grave reducción del número de abejas y otros polinizadores en todo el mundo y, especialmente, en Norteamérica y Europa.

 

En el 2017 la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó este día como el Día Mundial de la Abeja, luego que fuera el país Esvolenia junto con la Federación Internacional de Asociaciones de Apicultura, los actores impulsores de esta iniciativa. Estas organizaciones llaman a proteger la labor de las abejas, de cuyos insectos dependen muchos de nuestros alimentos y la preservación de la flora silvestre. 

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), existe preocupación por la disminución significativa de estos insectos polinizadores, “abejas y otros polinizadores están en peligro a causa de una serie de factores, en particular relacionados con los efectos de actividades humanas como los cambios en el uso de la tierra, las prácticas de agricultura intensiva y el uso de plaguicidas, así como la contaminación, las plagas y las enfermedades y el cambio climático, que amenazan su hábitat, su salud y su desarrollo”. 

¿Por qué las abejas y otros polinizadores son importantes para el mantenimiento de la biodiversidad de los ecosistemas y de la agricultura? 

  • Las abejas utilizan el polen y el néctar de las flores para alimentarse y producir miel.
  • A través de la polinización entomófila (proceso realizado por insectos mediante el cual el grano de polen llega al estigma de una flor) transfieren semillas, aportando en la producción de alimentos. Son capaces de visitar alrededor de 7.000 flores al día.
  • Recogen polen de plantas específicas y con eso mantienen la supervivencia de esta flora. 

Según cifras de Greenpeace, el 75% de los alimentos que consumimos dependen de la polinización. El 37% de las poblaciones de abejas en Europa están en declive. En la investigación de Greenpeace titulado: “El declive de las abejas“, se expone que la productividad de la cosecha en Europa bajaría hasta en un 75%, en la producción de manzanas, fresas, tomates y almendras.

Greenpeace y las soluciones

  • Prohibir los productos tóxicos que se utilizan como plaguicidas.
  • Adoptar una agricultura ecológica que garantiza una producción sana y sostenible pues no contamina el medioambiente con agroquímicos ni transgénicos.
  • Promover prácticas agrícolas que beneficien los servicios de polinización en los sistemas agrícolas.
  • Aumentar la financiación a la investigación, desarrollo y aplicación de prácticas agrícolas ecológicas.